jueves, 18 de junio de 2009

Nunca he deseado mal a nadie...

Me caracterizo por ser una persona amable, tolerante y pacífica. Pero me gustaría dedicarle esta canción del Los Tr3s, a todas las personas que se han dedicado a hacer el mal en la sociedad y en el mundo. A todas las personas que han producido guerras sin sentido y han asesinado por causa de estas, a millones de personas. A todos los que han mandado a matar, dictadores y manipuladores del mundo. Personas que han barrido con la dignidad de la población y la han pisado sin importarles nada. No importa su posición política o religiosa, ningún demonio de este mundo se salva. Ustedes ya sabrán quienes son...

La Primera vez

En las calles que te dieron
el poder que ahora te pudre
pediste mil favores
y dijiste algo más

La cabeza entre las piernas
ya tratabas de agradarles
estabas preparado
no pediste perdón

Nunca he deseado mal a nadie
esta es mi, primera vez
Nunca he deseado mal a nadie
esta es mi, primera vez


Nauseabundo de traiciones
vomitaste en sus caras
y no pensaste
Que tal vez
volverían por tí

Esas calles se nublaron
se perdieron en la Sombra
del remordimiento
que ahora te hace caer

Nunca he deseado mal a nadie
esta es mi primera vez
Nunca he deseado mal a nadie
esta es mi primera vez

Esas calles se nublaron
se perdieron en la Sombra
del remordimiento
que ahora te hace caer

Y yo quiero que te caigas
y que caigas de rodillas
te escupan en la cara
y que sepas morir

Nunca he deseado mal a nadie
esta es mi primera vez
Nunca he deseado mal a nadie
esta es mi primera vez

miércoles, 3 de junio de 2009

Viaje a los rincones mas profundos de nuestra sociedad

Este lunes 1 de junio fuimos todos a un hogar de ancianos dependiente del Hogar de Cristo, ubicado en Quinta Normal. Verdaderamente fue una grata experiencia que sirvió para comprender la cruda realidad de los ancianos en nuestro país, el duro trabajo que tienen que realizar las enfermeras y las encargadas de estos establecimientos, y el poco apoyo que tienen de la sociedad entera. Una vez en el hogar chocamos con esta poco conocida realidad, fue entonces cuando nos internamos en conversaciones con estos ancianos.
Descubriendo parte de sus vidas.
El tiempo pasaba y de nuestras conversaciones seguían saliendo nuevas experiencias de vida.
Estuve conversando con doña Clementina quien me contó parte de su vida y de su estadía en el hogar. Entramos con los ancianos en una leve confianza mutua, pero que todavía no se consolidaba.
En plena conversación llegaron las enfermeras repartiendo la once para ellos. Entonces tuve la grata posibilidad de darle de comer a un anciano (Don Jorge) que estaba postrado en su silla de ruedas, que en realidad estaba encerrado en su mundo. Ya que no hablaba y nadie se comunicaba con él. No sé si es que se dió cuenta que era otra persona quien le estaba dando de comer y que no era la enfermera, pero fue una situación que me agradó me sirvió personalmente para crecer.
Estuvimos en buen rato conversando y acompañándolos en su triste rutina, hasto que llegó la hora de la despedida. Las diferencias entre su recibida y como nos despidieron fueron claras. Cuando llegamos, la recepción fue distante y no muy acogedora, pero la despedida yo la sentí mucho más cercana y agradable. Podemos concluir que nuestro aporte fue chico pero directo, pudimos llegar a establecer una relación directa con los ancianos, logrando nuestro objetivo.
Creo que esta actividad tal vez no me provocó una reacción tan superficial, pero si me llegó a lo más profundo de mi ser. Me sirvió para darme cuenta de la realidad, de la verdad de nuestro mundo. Que debajo de los temas no importantes y poco relevantes, como los políticos capta votos que se venden, y de la poco aportativa y burda realidad que refleja la televisión están los problemas reales de la sociedad; que si necesitan solucionarse y erradicarse desde la raíz .